martes, abril 18, 2006

Solos (ellos dos)

Silencio enorme.
Por todos lados, hacia donde se mire, solo puede verse silencio.
Ciudades vacías, imponentes, solitarias. Rascacielos gigantescos y derrumbados sobresalen entre los escombros.
Ruinas. Y entre ellas se quiebra por fin el silencio.
Una delgada mujer aparece moviendo rocas, cemento y basura. Lleva días intentado alcanzar la superficie. Hace mucho que vive en el subsuelo, hace mucho que buscaba una salida.
La luz le ciega momentáneamente. Cuando por fin sus ojos se acostumbran, ve un paisaje desolador. Prácticamente todo esta devastado, Antaño grandiosas estructuras se mantienen débiles en pie esperando cualquier movimiento para caer definitivamente.
La mujer lo siente y rápidamente se aleja hacia el verde.
Después del gran error, el verde pareció ganar terreno, invadiendo cada rincón antes gris, muerto y resucitándolo nuevamente. Los que comenzaron el error nunca imaginaron que algo así podría suceder.

El reino esmeralda regresó.
Sentada en la hierba observa la ahora lejana ciudad reflejada en el lago. ¿De veras vivió gente ahí?. ¿Que tipo de vida tenían?, ¿como llegaron a todo esto?.
Concentrada en sus pensamientos no escucha el ligero sonido en el agua hasta que lo ve: Un cuerpo flotando a la deriva. Con una varita toca el cuerpo logrando que se agite asustado.
Esta vivo.
Le ayuda a salir y lo recuesta boca arriba. Pasan días antes que pueda hablar. Ella le ha cuidado todo el tiempo.
Hasta que al fin, le cuenta su historia.
Ambos son sobrevivientes.
- "¿Así que estamos en lo que alguna vez fue... ameria...?"
- "América". Estamos en lo que fue América".
- "¿Porque me recuerda a mi abuelo?".
Por un momento busca en su memoria.
- "¡Ya esta!, Grita entusiasta, "Cantaba esa canción una y otra vez, de un tipo llamado Miguel Mateos. La canción era: "Solos en América".
- "Eso es gracioso. Nosotros, en este momento, estamos solos en América".
Se miran, se abrazan, se besan. Sin palabras.
La noche aparece y las estrellas caen sobre el mundo, dejando brillantes y hermosas estelas de luz.
No saben quien lo empezó, ni como pudo terminar así. No saben que harán mañana o si lograran vivir un día mas.
Hay mucho que no saben y no les importa.
Porque ahora están juntos.
Y solos, en América.

=====================

A los lectores de Vida Sonora:
Esto sigue siendo un regalo, para todos ustedes.
Al igual que hace un año atras, sigo queriendo que disfruten este regalo.
Escuchen y busquen. Ganaran mas de alguna satisfaccion.
Gracias por sus visitas, comentarios y paciencia.
Yo, Parche, se los agradezco de verdad.
Musica para siempre !!.



|

miércoles, abril 12, 2006

Hogar

Hace tiempo que no oía a Depeche Mode. "Home" llega hasta sus oídos y le recuerda que no es viejo, aunque así se sienta.
Es lo que se siente cuando no estas en tu lugar, cuando por alguna razón, tu entorno te parece extraño, hostil, diferente.
Sabe que no pertenece aquí. La sensación viene desde el centro de su ser. No puede explicarlo, pero lo sabe.
Aguanto por mucho tiempo, hasta ahora.
Hoy ha vuelto, después de muchos años fuera.
Es aquí, tiene que ser aquí.
Camina por calles que guardaba en su memoria, pero la realidad es distinta. Su antiguo mundo ha cambiado durante estos veinte años.
Fue ingenuo, pero esperaba encontrar todo igual a su regreso. Las mismas personas, los mismos lugares. Creyó que volviendo había una posibilidad, pero hasta ahora continua sintiéndose viejo y cansado.
Este solía ser su lugar, ahora es un extraño más, un turista de visita solo guiado por los recuerdos.
Queda poco de su historia. Los vestigios van desapareciendo, el tiempo se encarga de ello.
Pero aun no olvida su casa, o el camino para llegar hasta ella.
Y mientras camina hasta su última esperanza, repentinamente sus ojos comienzan a nublarse y las cosas a cambiar.
Puede ver el pequeño negocio donde compraba sus chocolates. Sube por la escalera donde se los comía y miraba desde lo alto la ciudad a oscuras. Ya puede notar las casas de sus amigos y a ellos jugando un partido de fútbol interminable.
Siente los olores de antaño. Los colores y la vida han retrocedido de pronto y sin aviso veinte largos años.
Esta frente a su casa, la que nunca olvido. Estira su mano para abrir la puerta pero sus brazos se han acortado. Ahora viste una ropa pequeña y como un relámpago comprende que su búsqueda ha terminado.
Salta para alcanzar el timbre y apenas la puerta se abre el corre a toda velocidad por los pasillos del lugar, mientras su hermano mayor (tal como el lo recordaba) lo mira extrañado desde la entrada.
Corre y cada paso que da le quita un año de encima. Ya no se siente viejo, ni fuera de lugar.
Se detiene frente a un cuarto conocido, el de su madre.
Y ahí esta ella, animándole con las manos a que se acerque. "Ven, ven", le dice.
Gatea con energía hacia ella. Su cuerpo es cada vez más pequeño. Los pañales son molestos, pero casi ni los nota. Esta a punto de llegar.
Los brazos de su madre lo envuelven y poco a poco la luz comienza a apagarse. El mundo se vuelve oscuro, pero no siniestro. Es una oscuridad amable, tierna y acogedora. La oscuridad maternal.
Ahora es más pequeño que nunca y su entorno es líquido, tibio. Relajante y tranquilo. No necesita comer. Esta unido a su progenitora por algo mas que un tubo carnal.
Hay cariño a su alrededor. No necesita mirar, lo siente.
Al fin lo siente. Su hogar, su verdadero hogar. Es aquí donde pertenece.
"Debí haberlo sabido, desde la primera vez".
"Estoy en casa".
Y ese es su último pensamiento.


|

martes, abril 04, 2006

Desde el cielo

Mientras ve pasar a la gente, piensa en como hacerlo.
Se levanta y camina. Alguien le dijo una vez que las ideas aparecían en los lugares menos pensados.
¿Pero cual era el lugar menos pensado por el?, ¿ahora, en este momento?.
El departamento de ella.
Y llego hasta allá. Subió las escaleras, toco la puerta. Ella la abrió, medio extrañada por su presencia, le hizo pasar, se sentaron, hablaron.
- "He venido porque este era el lugar mas extraño que se me ocurrió".
- "¿Pero que quieres?”.
- "Hablar de lo nuestro".
- "¿De lo nuestro?, pero si nunca tuvimos nada. Yo te gustaba y me lo dijiste, eso fue todo. De hecho, te aclare todo eso chateando".
- "Exacto. Ese es el problema. Nunca hablamos de verdad, todo fue a través de un aparato tecnológico. Millones de ceros y unos imitando nuestro lenguaje, nuestra vida. Plagiándola".
- "No te entiendo".
- "Estamos perdiéndonos Poco a poco en el laberinto moderno, pasamos mas tiempo frente a monitores que junto a personas. Los milagros están aquí, en el mundo real. La magia, las sorpresas siguen rodeándonos, pero estamos olvidándolas".
Ella lo mira como tratando de entender. Solo logra descubrir que sus ojos brillan más de lo normal.
- "Mis ojos siempre han brillado" -le dice el- "Pero nunca lo notaste, así como nunca pudiste conocer lo que tenia para ti".
Inmediatamente toma su mano y la saca del departamento. Ella aun esta sorprendida con lo que acaba de oír. "Fue como si me leyera el pensamiento" -piensa-, mientras llegan a unos pasos de la azotea. La entrada esta cerrada, pero el le ayuda a pasar encima de la reja con una rapidez increíble. Antes de lograr entender nada, se encuentra de la mano con el, mirando las estrellas.
- "¿Pero por que me has traído hasta aquí?, ¿puedes explicarme que quieres?". Ella le suelta la mano.
- "Lamento decirlo, pero debo irme. A pesar de lo poco que te conocí, sentí amor por ti, no se como explicarlo, solo se que así lo sentí y lo siento aun, a pesar del tiempo, a pesar de que nunca estuvimos juntos. ¿Que quiero?. Quiero agradecerte. Por haberme hecho sentir, por conocer el amor, aunque no haya sido correspondido. La sensación fue... fabulosa".
"Ven conmigo. Tu regalo espera".
El extiende su mano y ella, sin estar muy segura la toma. "Cierra los ojos" -dice el- "y no los abras hasta que te lo indique".
Pasan unos cuantos minutos y ella siente fugaces ráfagas de viento que chocan contra su cuerpo. "Es por la altura" -Dice el, como adivinando lo que piensa-.
- "Te acuerdas de Mikel Erentxun?, tal como el cantaba, Rara vez puedes ver lo que ven las estrellas. Abre tus ojos, este es mi regalo".
Ella los abre y solo ve oscuridad rodeándola, pero cuando mira hacia abajo las luces de la ciudad se muestran diminutas, casi insignificantes.
- "Esto es lo que ven las estrellas" -Dice ella en voz baja- e inmediatamente lo abraza con fuerza.


|
Free Counter
Free Counter