jueves, junio 28, 2007

Arriba

Hace meses que esta con ella, pero casi no la conoce. Nunca habla de sus padres o familiares, nunca menciona su pasado. A pesar de ello, son felices. El amor los une y bien pueden permitirse olvidar ese pequeño detalle. El no ha querido presionarla. Piensa que cuando sea el momento preciso, los secretos serán revelados.
Y no lo sabe, pero tiene razón.
Como muchas noches, miran desde lo alto las luces nocturnas de la ciudad. Ella siempre le pide subir mas arriba, pero no tiene una explicación para ello. Cuando el le pregunta, solo responde: "Me siento mejor aquí".
Podían pasar tardes enteras acostados en el parque, mirando hacia el cielo e imaginando figuras con las nubes, mientras la suave brisa movía la hierba a su alrededor, provocándoles pequeños cosquilleos que generalmente terminaban en contagiosas carcajadas. El mundo podía continuar su marcha, ellos no lo necesitaban.
Lo que más le gustaba de ella era su sonrisa. No importaba que tan buena o mala fuera la situación, con ese pequeño gesto suyo, las cosas siempre mejoraban.
En ocasiones ella le confesaba lo que sentía. Que a pesar de todo el amor, de toda la felicidad que la rodeaba, había algo que simplemente no estaba bien, algo que faltaba. El trataba de convencerla de que todo seguiría bien, de que la sensación desaparecería inevitablemente.
Y por segunda vez, tuvo razón. Aunque no lo supiera.
Esa noche llego a su departamento, encendió la radio. Guster sonó con: "Satellite", mientras la busco por todo el lugar, hasta escuchar un leve ruido afuera, en el pasillo. Salio y lo primero que pudo ver fue una cadena y su candado botados frente a la puerta abierta. Cruzo el umbral al mismo tiempo en que la llamo por su nombre. Subió las escaleras con un poco de temor, aunque en su interior sabia que nada malo había sucedido. Al llegar al final, inmediatamente una ráfaga de viento helado le advirtió de la altura. Presencio las luces de la ciudad por unos segundos, hasta que una suave y amada voz le hizo girar la cabeza. Era ella, por supuesto, quien estaba acostada mirando hacia la oscuridad del cielo. "Ven aquí" -le dijo- "Y disfruta de este espectáculo". El se recostó a su lado y sus manos se unieron con ternura. Podía sentir algo distinto, algo difícil de describir. Los ojos de ambos se fijaron en una diminuta luz que cruzo entre las estrellas. "¿Sabes lo que fue eso?" -pregunto ella-. "Era un satélite. Un objeto que viaja alrededor del mundo una y otra vez sin parar. No necesitas verlo para saber que esta allí, tan cerca y tan lejos, observándonos desde lo alto".
El la miro confundido. "Lo único que tienes que entender ahora es esto" -dijo, mientras un beso le trajo mas silencio a la noche - .
"Te amo".
Despertó al día siguiente, cuando el sol del amanecer le obligo a abrir sus ojos. Estaba solo, solo en el techo del edificio. Ni siquiera intento buscar a su amor, porque finalmente los secretos fueron revelados, porque en su corazón supo que la sensación que ella sentía desapareció inevitablemente, porque comprendió de donde venia la mujer que le cambio la vida.
Ni siquiera intento buscar a su amor, porque ya sabia donde encontrarla.
Donde están todos los satélites.
Arriba.


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martes, junio 19, 2007

Tu

Eres lo mejor.
Lo mejor de las cosas buenas que me pasan, lo mejor de poder ver, y oír, y tocar y respirar. Lo mejor de estar vivo.
Eres lo mejor.
Me pregunto donde estuviste todo este tiempo o como no nos cruzamos antes. Nos hubiéramos ahorrado algunos malos ratos y las alegrías se habrían multiplicado.
Me pregunto porque la vida nos deja lo mejor para el final.
Me pregunto como serian las cosas si te hubiese conocido hace exactamente un año atrás. Probablemente no me habría alejado tanto. Probablemente tendría mas días soleados, mas mariposas en el estomago, mas risas sin sentido.
Probablemente seria más feliz.
Pero ya esta hecho. No puedo cambiar el pasado.
No puedo enviarme una carta con tu nombre, no puedo avisarme donde estas y quien eres. No puedo hacerme saber de tu existencia hace un año atrás.
Pero el futuro. Oh, el futuro es algo completamente distinto.
Podría dejar mi trabajo y viajar hasta tu lado. Podría dejarlo todo sin pensar en mañana, solo hoy, contigo.
La vida podría volvérsenos una enorme aventura.
También esta la otra opción. Una más oscura, más terrible.
Es arriesgado. No puedo hacerlo.
Por eso te escribo esta carta, porque no soy el joven de la película. No puedo dejar todo atrás por un amor, no puedo guiarme por lo que llama en mi interior.
Lo siento. Soy realista. Tengo demasiado que perder.
Eligo el camino fácil. Eligo olvidarte.
Tal vez en otro tiempo, en otra vida.
Por eso esta carta, porque nunca podré verte y decirte todo esto.
Lo imposible me ha vencido.
Esta vez, no hay finales felices.
Debes saber, que no me arrepiento. Ni de que iluminaras mi apagada vida. Ni de las extensas conversaciones que podrían haber durado mucho mas si no fuese porque teníamos que dormir. No me arrepiento de las canciones que conocí gracias a ti, ni que me envuelvan en melancolía cada vez que aparecen en mis oídos.
No me arrepiento de haberte conocido.
Eres lo mejor y te deseo lo mejor.
Ten una buena vida.
Con amor, Abriel.
La hoja de papel se arruga en sus manos mientras escucha "Weepy Donuts". Una composición de Danny Elfman para la gran película Good Will Hunting.
Se pregunta si ella debería leerla. Si su historia tendrá un final feliz. Se pregunta si realmente es aquí donde debe estar.
Se quita los audífonos, respira hondo, llama a la puerta.
Y con el corazón latiendo emocionado, hace lo único que puede hacer.
Espera.


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martes, junio 12, 2007

(Fugaz) Ese pequeño secreto

Los metereologos miran extrañados las lecturas en sus computadoras, mientras en la television, el informe del tiempo parece fuera de lugar.
"Es invierno, pero la temperatura se mantendrá tan alta, que no me extrañaría ver gente en la playa", dice una mujer, mientras señala con su mano una parte del mapa. "Este fenómeno solo se esta dando en nuestra ciudad y por segunda vez, después de diez años, pero no tenemos ni la mas mínima idea de que puede estar causándolo".
Algunos dicen que es el calentamiento global, otros creen que es una maldición, o una bendición, pero solo una persona sabe la verdad.
Esta es la segunda vez que visita la ciudad y al igual que en la primera, trajo escondido en su equipaje, ese pequeño secreto capaz de evitar la lluvia y la nieve, al menos por un par de semanas.
Escucha el tema principal de la banda sonora del juego Breath of fire IV, cuando abre su maleta, todo el cuarto se ilumina y contempla con una sonrisa su hermoso y brillante secreto.
Un pequeño trozo del caluroso verano que dejo atras, alla en su propio pais.


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