jueves, agosto 02, 2007

Brillo

Toda su vida ha observado el atardecer. No tuvo muchos cambios de casa y cuando lo hacia, al menos una ventana daba al mar. Era allí donde diariamente veía al sol esconderse.
Pero ya no tiene al sol a su lado, tampoco al mar y ha comenzado a echarles de menos.
Los días se han vuelto oscuros, casi grises. La monotonía rutinaria le descascara el alma a cada lento segundo que pasa.
Esta empezando a perder el brillo.
Algunas cosas vienen dentro de uno y no pueden ser cambiadas, tan solo postergadas. Ni el tiempo, ni la gente, ni la misma vida puede hacerlo. Son cosas como el brillo que se apaga lentamente en su interior.
Vuelve a su hogar. Aqualung puede escucharse en el aire con: "Brighter than sunshine", mientras, y como cada vez que llega, busca un lugar especifico. Una ventana, un rincón donde el sol viva aun, pero siempre es demasiado tarde. Solo alcanza unas débiles líneas de luz a punto de extinguirse.
Ha intentado de todo. Fiestas, conciertos, libros de autoayuda y cientos de cosas mas extrañas aun, pero nada funciona. La razón es simple: La llama en su interior se esta apagando.
No más.
Lluvia que golpea con fuerza, casi impidiéndole el paso. Viento que le obliga a retroceder de vez en cuando. Nieve que hace todo más frío y oscuro. Truenos que rugen con furia y relámpagos que se muestran peligrosamente cerca. Todos intentan cancelar su viaje, pero pierden el tiempo, pues nada puede detenerle, no hoy al menos.
No hoy que ha sentido un diminuto calor justo en el medio de su ser. No hoy que entre los dedos de sus pies se cuela traviesa la arena. No hoy que falto al trabajo guiado por una irresistible sensación de de paz. No hoy que puede oler la sal en el aire.
No hoy que las nubes se retiran sabiendo que no hay posibilidad de victoria, no hoy ni menos ahora, que su brillo resucita junto al sol que aparece lentamente de entre las montañas, iluminando por completo la playa y a su único visitante a esas horas de la mañana.
Nada puede detenerle hoy, porque lo que volvió a nacer en su interior es una luz calida, fuerte y hermosa.
Más brillante que la luz del sol.


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