lunes, noviembre 14, 2005

Te llevo...

El auto se detiene y la ventanilla del copiloto comienza a bajar.
La conductora le ofrece llevarlo y el acepta, después de todo, aun le queda mucho camino.
Como era de esperar, hablan.
El día se hace noche y las horas pasan de prisa gracias a la amena conversación. El se sorprende cuando escucha la profesión de quien conduce tranquila. Y le sonríe.
Inevitablemente aparece la música, esta vez con la forma de un viejo caset amarillo dentro de la radio del auto.
-¿Como se llama la canción?
-"Te llevo para que me lleves". Es de Gustavo Cerati. Recuérdala, dice ella.
El asiente con un poco de extrañeza.
El viaje continua Y ella le habla de lo increíble que es la vida, del azar y las personas. De que hay cosas que tienen que pasar.
Pero el no cree en el destino. Al menos en todo lo que ha vivido hasta ahora, no ha logrado encontrar ni una sola evidencia de que haya cosas que deban pasar.
Ella sigue sonriendo.
Y la religión y la política, y la familia y el deporte, y el amor. Los temas parecen ser inagotables.
Y esta la pregunta. Esa que el se ha guardado para el final del viaje. No la ha olvidado, pero aun falta un poco para llegar.
Brillantes estrellas se cruzan veloces a miles de kilómetros sobre sus cabezas. Son tantas que el mismo le pide detenerse un momento para poder observarlas en detalle.
A un costado del camino y sentados arriba del techo del auto con el fresco viento de la noche acompañándolos, disfrutan de un espectáculo inusual: Un río de luces iluminan el cielo nocturno. Cientos de pequeñas luces aparecen tan rápidamente como se extinguen.
Y el silencio es la música perfecta para este momento.
-¿Por que crees que este pasando esto?.
-Es lo que tiene que pasar, le responde ella con una misteriosa sonrisa.
Después de un rato, están de vuelta en la carretera. No pasa mucho tiempo para que el reconozca las casas y calles. Ya esta aquí.
Ella sigue las instrucciones y lo deja frente a un gran edificio blanco.
-Muchas gracias por todo. Pero hay algo que quiero preguntarte: ¿Fue en serio eso de tu profesión?, ¿de verdad eres Un oráculo?.
-Eso lo vas a responder tu mismo.
Luego de responderle, ella retomo nuevamente el camino. Poco a poco el auto comenzó a alejarse hasta perderse en la noche.
Durante los siguientes 2 meses no pudo sacarse de la cabeza esa respuesta. Solo pudo entenderla Cuando, 3 semanas después, volvió a ver a la conductora, esta vez mientras le daba primeros auxilios. Dentro de la ambulancia ella recupero el conocimiento por un momento. Abrió sus ojos y sonrió al escuchar una voz familiar: "tenias razón". "ahora entiendo lo de la canción".
"Te llevo para que me lleves", dijo el, y ella cerro los ojos, tranquila.


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