martes, noviembre 22, 2005

Entrar

Entrar.
Me saluda, no porque me conozca, sino porque esas son las reglas. Saludar a cada cliente que ingrese al local.
Y es lo que soy, un cliente más, Pero eso puede cambiar.
Devuelvo las películas y de inmediato camino entre los estantes, como escondiéndome de sus ojos. Quisiera pensar que lo hago porque me esta mirando, pero claro, no es así. Ella sigue con sus labores y saluda a cada persona que entra.
Intento pensar en mi plan, ordenar lo que voy a decir, pero no puedo, así que escojo mirar las películas en la pared, quizás así me tranquilice un poco.
Cada carátula tiene impresa su cara, cada titulo es su nombre.
Su nombre, es lo único que se de ella, y ni siquiera me lo dijo, simplemente lo leí en el plástico que tienen todas las camisas de los que trabajan aquí.
Dicen que uno no elige de quien se enamora, bueno, aquí estoy, dándole la razón a quien lo haya dicho mientras simulo ver películas que , en realidad, no me interesan en lo mas mínimo.
Camino hacia un costado, con la mirada fija en la pared tapizada de cajas con todas las historias posibles, menos la mía. Pensando en lo que le voy a decir y si me atreveré a hablarle.
En el momento exacto en que pienso como armarme de valor, vuelvo a la realidad chocando con alguien. "Perdón" -digo- y ahí esta ella, justo a mi lado. Congelándome con su mirada misteriosa y su sonrisa imposible.
"Hola" -me dice-. "Yo te he visto, tu vienes por aquí seguido".
No se que responderle, balbuceo palabras que no recordare y le digo algo acerca de la promoción de mañana.
Ella me responde con la voz de los ángeles, le agradezco y sigue con su trabajo. ¿Yo?, camino hacia la salida.
Pero hay algo que no esta bien. Tengo que hacerlo.
Entonces me devuelvo y sin entender como, le hago la pregunta: "Mira, yo se que es un poco extraño, pero, he venido aquí algunos días y bueno... es raro, pero... quieres... ¿Tienes algo que hacer el viernes?. Yo conozco un buen lugar y podríamos, bueno, tu sabes, ir allá".
Ella me mira, pero sus ojos son opacos y ya no hay sonrisa alguna en su rostro.
"Este viernes tengo que estudiar, tu sabes, la Universidad".
"Entiendo. Bueno, tenia que intentarlo, ¿no?". Después de decir eso, Trato de regalarle una sonrisa y me voy.
La noche me acoge sin preguntas. "Al menos no me quede con la duda", pienso resignadamente y mientras me alejo ubico los audífonos en mis oídos. "James Blunt" suena con "High", pero no alcanzare a escuchar el tema completo, ni siquiera el inicio, porque ella ha salido de la tienda y ha llegado hasta donde estoy yo, solo para decirme: "¿Y el sábado?, el sábado estaría bien".
"Claro, el sábado esta bien" -le respondo- y el cuento termina con un final feliz.
Si, me gusta, creo que puede ser así. Tengo que intentarlo al menos.
Entonces respiro hondo y ahí esta ella, dentro de la tienda, como siempre.
¿Yo?, un poco nervioso, es cierto. Solo espero que todo salga como lo imagine aquí afuera.
Pero primero lo primero.
Entrar.


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