martes, junio 13, 2006

Bendicion

Ella camina, distraída por la vida. A ratos el viento la empuja y la dirige por sus misteriosos caminos.
Sin duda es feliz, pero lo será aun más. Es solo que no lo sabe aun.
Poco falta, porque no muy lejos de ahí, El también camina.
Y se acerca.
El mira hacia el cielo, extrañamente nunca tropieza ni choca con los demás, Tampoco le atropellan ni tiene dolores en su cuello. Solo camina mirando hacia arriba embobado con el azul sin límites.
Sin duda es feliz, pero lo será aun más. El, claro, aun no lo sabe.
Los extraños avanzan, mientras el azar se encarga de que escuchen "Cuando te beso" de Juan Luis Guerra.
Ella ve mucho más allá que la mayoría. Los edificios, grises para el resto, están coloreados por un pequeño infante en tonos rojos y amarillos a través de sus ojos.
La sonrisa en su cara es contagiosa. Cada persona que pasa a su lado no puede evitar sonreírse aunque sea por un tímido segundo. No saben por que lo hacen, sin embargo, les da un momento de alivio.
No muchos lo notan, pero el pasto se hace más verde a medida que sus pies descalzos lo tocan.
¿El?, el ya no mira a las personas, le parecen poco interesantes, aburridas. Hay tanto por ver, oler y escuchar, que no vale la pena gastar el tiempo en esas desteñidas formas rectangulares que le rodean. No cuando basta con mirar hacia arriba para encontrar un océano de aire capaz de formar con sus nubosas olas figuras imposibles y recuerdos olvidados.
Aprovecha el tiempo mirando al cielo, donde esta todo lo que necesita.
Ella y el, siguen el camino esmeralda de la vida. La hierba se mueve, el viento se agita, las aves vuelan y cantan sin descanso, el sol ilumina con mas fuerza y algunos se detienen sin saber porque.
En ese preciso instante, ocurre.
Ambos se dan cuenta de la existencia del otro. El baja la mirada por primera vez en demasiado tiempo, ella ya no esta distraída.
Dejan de caminar. Están frente a frente.
Solo entonces se dan cuenta de lo que les faltaba. Se miran a los ojos, pero ven lo mismo.
Las nubes se mueven. En otro cielo, las estrellas se prenden y fugaces cometas pintan la inmensa oscuridad.
Aquí, ellos se besan rodeados por veloces colibríes. Unidos en un abrazo monumental, se vuelven un solo ser.
Los demás se llenan de colores, y miran, y ríen, y lloran. Las lágrimas caen pero no contienen tristeza, solo melancolía o nostalgia.
O Amor.
Ellos se besan, ellos se abrazan, ellos se aman. Y el mundo lo nota.
Nadie sabe a ciencia cierta por que ocurre esto. Por que cada día, al despertar, ambos olvidan que se conocen. Por que cada día, estén donde estén, terminan por encontrarse.
Por que poseen esa mágica bendición llamada amor.


|
Free Counter
Free Counter