martes, mayo 16, 2006

No solo

La noche recién comienza.
Las botellas poco a poco comienzan a vaciarse y la alegría ronda el ambiente. Son gente normal, en un local normal. Risas y bromas cruzan por sus bocas.
De todo el grupo, solo dos se conocen. Todos conversan sobre sus vidas y comparten.
Y hay uno, con la mirada extraña, pero amable, que Habla poco y preciso.
De vez en cuando se quiebra un vaso, se encuentran conocidos y concuerdan los gustos, mientras la noche avanza lenta y agradable.
La música suena fuerte y ellos deben gritar para entenderse, pero no parece ser impedimento para compartir, además, es buena música.
Bandas, colores, fútbol, comida, política, estudios, religión, nombres y libros se mezclan entre sus conversaciones.
Todo esta bien, esta noche.
Hasta que, sin previo aviso, Inaudibles alarmas de relojes pulsera hacen su pequeño ruido para decir que ha llegado una nueva hora. Casi nadie lo nota.
Si lo hace el de la mirada extraña. Son las doce, ha comenzado un nuevo día, pero no uno cualquiera. Es el día de la Madre.
Y una avalancha de recuerdos arrasa sin piedad sus pensamientos. Y sus ojos dejan escapar la liquida pena.
Cerca suyo ella lo ve y le pregunta que sucede.
No estaba preparada para tal respuesta.
Pocos lo notan. El lo nota. Le pregunta si esta bien y lo escucha.
El resto del tiempo pasa rápido. Son las 5 AM y el local cierra.
Después de despedirse, se da cuenta de que no puede saber por lo que el esta pasando, por eso no fue capaz de decirle nada mas que un: "Fuerza".
Justo antes de perderlo de vista, la da una última mirada. Podría estar equivocado, tal vez fueron las luces o el cansancio, pero la vio, caminando junto a el.
"Tal vez sea su madre" -piensa-.
Mientras conduce a casa, en la radio se escucha a
Ben Harper and the Blind Boys of Alabama con su tema: "I Shall Not Walk Alone".
Abre la puerta con cuidado, para no hacer ruidos. Se acerca al cuarto y entra en silencio.
Ahí esta ella, durmiendo placidamente.
Y recuerda al de la extraña mirada. No puede saber por lo que esta pasando, porque su madre esta aquí, justo a su lado.
Con los ojos brillando de emoción se acerca y le besa la frente. Ella continúa durmiendo con una sonrisa.
Y el sabe que, al igual que todos, tendrá que caminar, por tristeza y felicidad.
Y lo hará, pero no solo.
No caminara solo.


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