sábado, mayo 06, 2006

Desvanecerse

Ese día se iban a reunir, como hace mucho no lo hacían.
Volvió por un instante en el tiempo y recordó cuando casi cada fin de semana se sentaban en la misma mesa y ponían sobre ella las fantásticas cartas.
Era un juego divertido. Los rectángulos de cartón con imágenes hacían el papel de criaturas monstruosas, magias alucinantes y poderes increíbles.
Pero no eran las cartas las que creaban horas de diversión. Eran sus imaginaciones unidas, eran quienes manejaban el juego, eran cinco jóvenes amigos.
Con fuerza vuelve a la realidad, mira la hora y suspira. La mesa esta vacía y en el ambiente suena Mazzy Star con: “Fade into you”.
Cuarenta minutos después, aparece el primer invitado. Un abrazo sincero y se sienta.
Poco después llega el segundo. Solo faltan dos, o uno más bien.
"Lentamente se ha ido desvaneciendo" -piensa- mientras en la misma mesa y con las mismas cartas con que han pasado estos seis años, se conversa de otros temas. Temas de adultos.
El que no puede asistir viajo a otra ciudad, por estudios. Pero volverá a fin de año. Un año sin su asistencia, un año sin su juego.
Pasa el tiempo y el cuarto no aparece. Llamadas telefónicas y un rato convencen de que no llegara.
Entonces se materializa una propuesta: Comer, antes del juego.
Las cartas quedan ahí, dentro de sus cajas, ansiosas por salir del largo encierro.
Volvieron satisfechos. Ya era tarde cuando comenzaron a jugar. El sueño se apodero de uno de ellos, pero era entendible. Hace poco mas de un año había sido padre y trabajaba con esmero para solventar gastos y terminar su carrera.
El otro parecía tener aun la chispa inicial que, aunque desgastada, seguía ahí, haciendo que su presencia en ese lugar continuara teniendo sentido. El esta a punto de terminar su carrera y comparte un vinculo especial con quien mira tristemente la situación.
"Se esta desvaneciendo, ahora mismo" -sigue pensando- incapaz de disfrutar lo que sabe será, el ultimo juego.
El tiempo pasa y el juego se termina. Los invitados vuelven a sus hogares y a sus vidas, mientras el los ve partir desde la ventana del departamento.
Este ha sido el último. Lo sabe en su corazón, pero le duele, sobretodo cuando recuerda las conversaciones que tuvieron miles de veces acerca de que no dejarían nunca de jugar, aun cuando fueran mayores. Esos niños podían imaginar mucho, pero nunca se acercarían siquiera a sus propios futuros.
El tiempo, la vida, les ha cambiado demasiado.
Pero no a el, porque aunque parece estar solo en el lugar donde pasaron tanto tiempo juntos, sigue teniendo compañía.
Aun no lo ha perdido.
Y tiene la seguridad de que no importa lo que suceda, ni cuanto cambien los tiempos ni las personas. El seguirá sintiendo su mano presionada con fuerza por el pequeño niño que lo mira con cariño en este mismo instante. El mismo que ha vivido todo este tiempo en su interior y que seguirá viviendo a su lado hasta que la vida termine e incluso mas allá.
Un niño que jamás podrá desvanecerse.


|
Free Counter
Free Counter