martes, abril 24, 2007

"Estas bien"

Veo el sol brillar.
Brilla iluminando cada una de las cosas que sus rayos tocan.
Tu estas ahí, en medio de todo, brillando con mas fuerza que el mismo sol, casi opacando su luz. Los colores te rodean, inundándote con felicidad y amor.
Veo a tus padres, acompañándote con grandes sonrisas, tu pequeño hermano juega entre el verdor a tus pies. No hay enemigos, no hay maldad. La pena se ha ido lejos, para siempre, desterrada, olvidada.
Y tú ríes, con esa risa tuya que lo cura todo, o casi todo. La misma que me ayudo a encontrarte entre toda esa multitud, el día en que nos conocimos. Y resuena como un eco interminable, alegre y contagioso.
El mundo esta feliz, porque ha sido salvado.
Veloces pajarillos vuelan esparciendo su tierno canto, como una lluvia de suaves melodías que nunca termina. Gatos que ronronean siguiendo el ritmo, perros que agitan sus colas con armonía, ardillas que suben y bajan mil veces de sus árboles, diminutas ranas que saltan cada vez mas alto. Cada ser ahí presente siente la dicha de estar vivo.
Y tu vestido baila con el viento, mientras extiendes los brazos y giras, giras con los ojos abiertos, mirando un cielo que cambia de azul a rojo paulatinamente, anunciando el atardecer.
Tanto que tengo que decirte, pero tú ya lo sabes, ¿no es cierto?. Cada palabra, cada secreto es tuyo. Disfrútalos, utilízalos para recordar los buenos tiempos, la buena vida.
Recuerda que no importa lo que suceda, estas viva, estas bien, eso es suficiente.
Tienes una vida entera esperando por ti. Una vida para ser feliz.
Ese es mi regalo, es lo único que puedo entregarte.
Te veo. Puedo ver tu silueta bailando a contraluz, mientras el sol parece no morir nunca. Puedo oír a Eurythmics interpretando "I saved the world today": "Todo el mundo esta feliz ahora, las cosas malas se han ido lejos, las cosas buenas están aquí, para quedarse".
Porque es cierto, mi amor, lo hice.
El silencio de la noche es interrumpido por las cada vez más cercanas sirenas. Sus parpados se agitan rápidamente. Ella lo mueve, le suplica que no la abandone. Le dice que siga hablando, que le siga describiendo lo que ve.
Entonces el hombre que yace en el suelo con varios agujeros en su pecho, abre los ojos y tiernamente le dice: "No estés triste mi amor, aunque tu risa no pueda curarme esta vez".
"No estés triste, porque hoy, He salvado el mundo".
Y ella grita partiendo la noche, cuando los ojos de quien ama se cierran definitivamente.
Con el tiempo entenderá las últimas palabras del hombre que ahora abraza con fuerza.
El hombre que salvo su mundo.


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