martes, agosto 01, 2006

Dos

Cuando la noche llega, desde lo alto, el inspira con fuerza un aire un poco mas puro. Luego se sienta y saborea un chocolate mientras observa, desde lejos, la ciudad y sus luces.
Colores rojos y anaranjados tiñen la oscuridad.
Y en medio del silencio, un crujiente sonido entre sus dientes.
Ya no recuerda desde cuando hace esto, pero le encanta estar arriba. El viento, las luces, el chocolate.
Es uno con todo, uno con las sensaciones.
Este lugar, de noche, es su lugar.
Se prepara para dar una nueva mordida cuando oye algo: Un sonido familiar.
"Lejos, pero no tanto" -piensa- y camina sin hacer ruidos.
De pronto vuelve a oírlo. Ahora esta seguro, lo reconoce.
Un crujiente sonido.
Avanza unos pasos y la ve. Esta sentada, en lo alto. Come un chocolate mientras observa, desde lejos, la ciudad y sus luces.
El le habla. Ella se asusta al principio, pero pronto se tranquiliza.
Conversan, el se sienta a su lado y le pregunta que hace en ese lugar, a esa hora.
Su respuesta lo sorprende: "aquí, soy una con todo, una con las sensaciones".
No pasa mucho tiempo para que lo entiendan: Ambos vienen seguido a este lugar. Nunca se habían visto.
Aun no lo notan, pero ya han comenzado a dudar de las casualidades.
Hablan, discuten, se ríen. Y cada palabra que sale de sus bocas, cada sonrisa y mirada fugaz los acerca un poco más.
En el cielo, blancos destellos dejan marcas pasajeras en la cortina nocturna.
En el viento, delicados silbidos juegan y flotan sin orden ni plan.
En lo alto, dos.
Y abajo, en la ciudad, Beck canta: "Everybody's Gotta Learn Sometimes", pero ellos no lo oyen.
No allí, rodeados por la noche y las luces, unidos en un dulce beso.
Un beso con sabor a chocolate.



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