jueves, agosto 04, 2005

Accidentalmente

Estabamos en el mismo lugar, pero bastante separados.
Me sente en la tercera fila, tu estabas mucho, mucho mas atras, hasta que comenzaste a bajar, buscabas una mejor ubicacion y la encontraste, en la cuarta fila.
Aun faltaban varios minutos para el comienzo y ambos nos entreteniamos mirando las caras de los demas: Delgados, bajos, macizos, todos diferentes.
Y nos entreteniamos bastante con ese juego, hasta que nos encontramos. Tus ojos se clavaron en los mios, pero, al igual que yo, lo disimulaste rapido porque, claro, eramos extraños.
No se que encontraste en mis ojos, tal vez lo mismo que yo en los tuyos: una mirada que casi habia olvidado.
Por los siguentes diez minutos nos seguimos observando. No estabamos tan lejos y al menos tres veces mas nuestras miradas se encontraron. Tu y yo lo sabiamos, pero actuabamos. Que mal lo hicimos.
Comenzo, y el que antes no dejaba que nada interrumpiera el espectaculo, volteo para mirarte, porsupuesto, nuestras miradas coincidieron una vez mas. Lo importante, lo que habia venido a ver, ya no estaba frente a mi, sino en la cuarta fila, a solo cuatro sillas de distancia.
Y mientras los demas se levantaban y aplaudian, nosotros no podiamos dejar de mirarnos, ya ni siquiera tratabamos de ocultarlo, estabamos ahi, en medio de todos, pero solos.
Entonces comenzaron a salir. Se movian en tropel, como una manada, casi desesperados por abandonar el lugar. Su estampida nos separo tanto que te perdi de vista.
Corri freneticamente por entre la multitud, pero ya no habia tiempo, desapareciste confundida entre los demas.
Te busque por algunos minutos. Simplemente fue imposible ubicarte, asi que camine. Camine de vuelta a casa, solo acompañado por la musica que brotaba de mis audifonos y por el recuerdo de tus ojos unicos. Nunca lo supiste, pero esa caminata duro dos vidas enteras.
Y llegue. Subi las escaleras solo para encontrarte frente al umbral de la puerta. Sostenias mi billetera entre tus manos, pero ni siquiera habia notado su ausencia, en ese momento, nada era mas importante que nosotros.
Sin esperar explicacion ni presentacion alguna, no pude pensar en otra cosa que no fuera besarte de inmediato. Y asi lo hice. Poco despues me explicaste cuanto trataste de buscarme esa noche y como encontraste mi billetera bajo el asiento.
Eramos extraños que tenian toda una vida para conocerse.
La luna iluminaba nuestros besos, y aunque nadie los escuchara en ese momento, por los audifonos no podian sonar otros que los Counting Crows con "Accidentally in love".
Nos habiamos enamorado, claro, accidentalmente.

|
Free Counter
Free Counter